Los sueños, son normalmente deseos idealizados. En gran medida se encuentran ubicados en el largo plazo.
Sólo
se diferencian de los objetivos, por el hecho de ser mucho más
ambiciosos e ideales. Normalmente nuestros sueños están basados en lo
que grandes personas
han conseguido en el pasado. Los sueños que podamos llegar a tener, se
basan principalmente en éxitos y triunfos rotundos, que nos mueven de
emoción.
Y finalmente, el propósito, es la voluntad de hacer algo. Un
propósito en general puede consistir en un sueño, en un deseo, en un
objetivo o en una meta. Es algo que te propones. Si quisiéramos resumir
todo lo que en algún momento podrías querer lograr, hablaríamos de
propósitos.
El deseo, es el motor de los objetivos y las metas como tal. Son los
deseos los que mueven nuestro corazón y nuestra intuición. Muchos de
nuestros deseos, provienen como tal de nuestra naturaleza humana. Es justamente dicha naturaleza la que nos hace buscar el placer en diferentes actividades.
Y las metas por su parte, son objetivos más pequeños. En el caso del
estudiante, en vez de terminar la carrera completa, su meta es terminar
el año o el semestre.